LA PIOMETRA: UNA RAZÓN MÁS, PARA CASTRAR!

La piometra es una enfermedad originada por una infección en el útero y por la acumulación de secreciones y de pus en su interior, que  puede producirse en perras y en gatas.
Se trata de una enfermedad grave de inicio súbito y de consecuencias potencialmente mortales si no se trata a tiempo, por lo que es considerada una urgencia.
LA MEJOR Y MÁS EFICAZ MANERA DE EVITAR UNA PIOMETRA… ES MEDIANTE LA CASTRACIÓN TEMPRANA DE LAS PERRAS Y DE LAS GATAS.
Los signos clínicos más habituales en perras y gatas son:

  • letargo
  • depresión
  • anorexia
  • excesivo consumo de agua
  • micción excesiva
  • membranas mucosas pálidas
  • secreción vaginal sanguinolenta

Se han informado con menos frecuencia vómitos, diarrea, pérdida de peso, distensión abdominal y ojos inflamados. Algunas mascotas posiblemente no tengan ningún signo clínic,o además de la secreción vaginal purulenta.
También puede ocurrir, que muchas perras y gatas tendrán un cuello uterino cerrado y, por tanto, posiblemente no esté presente el signo evidente de secreción vaginal sanguinolenta. 

La piometra es una emergencia médica que requiere una rápida intervención para evitar una infección fulminante y la muerte. En la mayor parte de las mascotas, se realizan ante todo una estabilización y una reanimación preoperatorias. Después de una estabilización adecuada, la ovariohisterectomía (esterilización) es el tratamiento de elección. Los resultados de este tratamiento, son habitualmente una rápida recuperación con un riesgo mínimo de reaparición. La ovariohisterectomía, también evita el riesgo de cáncer de ovarios, de útero y futuros embarazos no deseados.

Además, de los problemas en múltiples órganos mencionados anteriormente, las perras generalmente presentarán dolor abdominal, vómitos/defecación excesiva, frecuencias cardíacas elevadas, salivación, dificultad para respirar, jadeos y fiebre con el tratamiento médico. Cuando se tratan mascotas con piometra con prostaglandinas y antibióticos inyectables, deben pasar varios días para poder apreciar un efecto. Las perras y gatas son susceptibles de desarrollar piometra de nuevo, después del tratamiento médico, y deben someterse a una ovariohisterectomía cuando ya no se destinen a fines de cría.

CUIDADOS POSTERIORES Y EVOLUCIÓN: 

Una vez que se da el alta a la mascota del hospital, los cuidados posteriores son mínimos. Los cuidados son habitualmente los mismos que se emplearían en caso de una esterilización de rutina; sin embargo, la mascota recibirá antibióticos, según la receta del veterinario, durante al menos 10 días. El animal no debe realizar sus actividades normales, subir escaleras ni estar en contacto con otros animales o niños, durante las dos primeras semanas después de la cirugía, y la incisión debe protegerse para evitar traumatismos autoinflingidos (Collares Isabelinos).
El pronóstico de supervivencia con la ovariohisterectomía puede ser de hasta un 80 – 100 % si se evita la contaminación abdominal y la infección sistémica se trata y responde adecuadamente. Sin embargo, si se desarrolla una septicemia grave y un fallo de los órganos, el pronóstico es menos favorable. En ocasiones poco frecuentes, las mascotas pueden presentar persistentemente un aumento en la micción y un mayor consumo de agua, y un estado de daño renal permanente.
En algunas oportunidades, dependiendo lo avanzado de la infección y las condiciones físicas del animalito, la muerte es irreversible.

PIOMETRA EN GATAS:

Tiene algunas características específicas. En las gatas, la ovulación es el resultado de un reflejo neuroendocrino que solo se inicia por estimulación mecánica de la vagina, es decir la gata ovula en respuesta a la estimulación de la vagina por el macho. Por ello, la enfermedad aparece después de la monta no fértil, o bien por administración exógena de progesterona (anticonceptivos).
Es por ello, que no recomendamos que a sus gatas les suministren anticonceptivos de manera habitual, para evitar que queden preñadas. Puede resultar muy peligroso.  Consulte con su veterinario de confianza.
Los síntomas más frecuentes son secreciones vaginales abundantes, útero aumentado de tamaño que puede palparse a través del abdomen, fiebre, pérdida de apetito, letargía (somnolencia excesiva), pérdida de peso, sed excesiva (polidipsia) y poliuria.  El tratamiento, es similar al que se realiza en las perras

PIOMETRA EN PERRAS:

Las perras alcanzan la pubertad entre los 6 y 12 meses, momento en que presentan su primer periodo de celo. Este se repite a partir de entonces con intervalos que oscilan entre 4 y 12 meses, siendo la media cada 6 meses.
El ciclo completo se divide en 4 fases que reciben los nombres de anestro, proestro, estro y diestro también llamado metaestro.

  • Anestro. Es el período más largo, dura alrededor de 4 meses y no existe actividad sexual.
  • Proestro. Esta fase es la previa al celo y dura entre 7 y 10 días. Existe secreción sanguinolenta por la vagina. La perra no acepta al macho.
  • Estro. Es el periodo de celo. La hembra es fértil, atrae al macho y lo acepta. La vulva se vuelve turgente. Durante esta fase se produce la ovulación. El momento más propicio para que quede preñada es el día 12 desde el comienzo del sangrado.
  • Diestro. Dura unos 60 días. La hembra rechaza al macho de nuevo, la vulva disminuye de tamaño y a veces expulsa a través de la vagina un flujo mucoso. Los cambios se originan por un predominio en la secreción de la hormona progesterona. DURANTE ESTA FASE, EL ANIMAL ES SUSCEPTIBLE DE PRESENTAR UNA PIOMETRA.

CAUSAS:

La piometra, es la consecuencia de los cambios que sufre el útero en el metaestro (periodo posterior al celo). Puede ocurrir a cualquier edad una vez alcanzada la fertilidad, aunque es más común a medida que el animal se hace mayor. El momento de riesgo máximo para su aparición es entre la 6a y 8a semana después del inicio del celo. Normalmente durante esta fase, el cuello del útero que ha permanecido abierto durante el celo, comienza a cerrarse y el endometrio vuelve a su estado habitual.
Sin embargo, puede ocurrir una hiperplasia endometrial quística como una inadecuada respuesta a la secreción de la hormona progesterona que tiene lugar en este periodo, lo que significa que la zona más interna de la pared del órgano, aumenta excesivamente de grosor y se forman quistes. En esta situación, las bacterias que han emigrado al útero procedentes de la vagina, encuentran unas condiciones favorables para su crecimiento. Además, la progesterona disminuye la contractibilidad del útero y aumenta la secreción de moco, lo que facilita el cierre del cérvix y dificulta el drenaje del órgano.
El cierre del cérvix, en un factor importante en la gravedad de la enfermedad. Si este permanece abierto, las secreciones producidas por la infección pueden ser expulsadas; lo que facilita la curación. Esto se llama piometra abierta. Por el contrario si el cuello del útero permanece totalmente cerrado, el pus y las secreciones no pueden ser expulsadas a través de la vulva, por lo que se acumulan y el útero se distiende. Es lo que se conoce como piometra cerrada. En estas circunstancias, no es raro que el útero puede llegar a romperse y la infección se disemine dentro de la cavidad peritoneal, produciendo una peritonitis  que puede ser mortal.

SÍNTOMAS:

  • Descarga vaginal que puede ser sanguinolenta o purulenta (con pus) y está presente en el 85% de los casos.
  • Letargia en el 62%.
  • Inapetencia en el 42%,
  • Sed excesiva en el 28%.
  • Menos usual es la presencia de diarrea, nicturia (micción nocturna) y agrandamiento abdominal.

Si la enfermedad sigue evolucionando, el animal puede llegar a estado de shock circulatorio, como consecuencia de septicemia (presencia de bacterias en la sangre), toxemia (toxinas en la sangre), insuficiencia renal y peritonitis.

TRATAMIENTO:

El tratamiento de elección es quirúrgico. Se realiza una intervención que consiste en la extirpación de los ovarios y del útero. Previamente puede ser necesario administrar tratamiento antibiótico y la infusión de suero, para mejorar la situación del animal y combatir la deshidratación.

LO MEJOR ES LA ESTERILIZACIÓN

Aparece con mayor frecuencia la piometra en perras cuando son mayores de 5 años, y también cuando han recibido terapia hormonal con estrógenos o progestágenos. No obstante, todas las perras maduras sexualmente son susceptibles a desarrollar piometra.
Por ello, la mejor prevención es la esterilización temprana.

LO MÁS IMPORTANTE, PARA RESGUARDAR LA SALUD Y EL BIENESTAR DE SUS MASCOTAS, ES…
CONSULTAR EN TODO MOMENTO, A SU VETERINARIO DE CONFIANZA!!!

«Mascotas Unir», siempre junto a nuestros Hijos del Corazón.-


https://mascotasunir.com.ar
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